
Tegucigalpa, Francisco Morazán. El Ministerio Público, por medio de la Unidad Nacional de Apoyo Fiscal (UNAF), logró que la Corte de Apelaciones en Materia de Criminalidad Organizada y Corrupción revocara las medidas distintas a la detención judicial y confirmara el auto de formal procesamiento con prisión preventiva para tres imputados en el caso relacionado con las irregularidades en el proyecto “Mercado El Ceibón”, en Choloma, Cortés.
Se trata de Leopoldo Eugenio Crivelli Durant, exalcalde de Choloma; Carlos Noé Ramírez Araque, expresidente ejecutivo de BANADESA; y Raúl Antonio Herrera Rodríguez, exgerente de fideicomisos de BANADESA, a quienes se acusa de los delitos de violación de los deberes de los funcionarios y fraude.
Según la investigación, todo inició en el año 2015 cuando a un grupo de al menos 270 vendedores ambulantes de Choloma necesitados de un espacio de trabajo digno, se les aprobó en sesión de corporación municipal la construcción de un mercado, que se conocería como “El Ceibón”.
Fue así que se procedió con éste proyecto anhelado por los locatarios, sin embargo, todo fue un fraude luego que el alcalde Crivelli junto al empresario Julio César Maldonado Hernández (también acusado por el MP) de la empresa SURCO gestionaran un préstamo ante BANADESA por35 millones 600 mil lempiras(en donde hubo confabulación de sus autoridades al no seguir los procedimientos establecidos), recurso que fue administrado por la empresa SURCO sin ningún tipo de controles, misma que los utilizó entre otrospara gastos personales, pago de apartamento, transferencias particulares, pagos a tarjetas de crédito.
Al final se intentó justificar la obra con un edificio a medio construir, totalmente inhumano, sin condiciones dignas, de madera y muy precario, truncando así el sueño anhelado por los pequeños empresarios. Según el requerimiento fiscal presentado, fue tanto el descaro que se obtuvo otro financiamiento y el monto del préstamo llegó a los 55,426,275.37 millones es de lempiras, valor que ahora lo deben los vendedores sin la opción de contar con su propio negocio, en un lugar adecuado, pero con la indignación y la impotencia de estar incluidos como morosos en la central de riesgos y sin poder acceder a créditos de ningún tipo
